El papa Francisco ofició la última misa del año.
El papa Francisco ofició la última misa del año.
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EFE

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"Gratitud y esperanza mundanas son aparentes, están aplastadas por el yo": Papa

El pontífice dio su última misa del año en la basílica de San Pedro del Vaticano.

El Papa Francisco lamentó y criticó en la última misa del 2023 en la basílica de San Pedro del Vaticano las palabras de esperanza y gratitud aparentes que suelen expresarse por el Año Nuevo, "aplastadas" por los intereses personales.

El pontífice sostuvo que la fe permite "vivir de un modo diferente a la mentalidad mundana" esta última tarde del año, con "gratitud y esperanza", algo que no siempre ocurre.

"Todos agradecen, todos esperan, creyentes y no creyentes (...) En realidad la gratitud y la esperanza mundanas son aparentes. Falta la dimensión esencial de la relación con el Otro y los otros, con Dios y los hermanos. Están aplastadas por el yo, por los interés", alegó.

El papa, como obispo de Roma, también dedicó parte de su homilía a reflexionar sobre la Ciudad Eterna a un año de que comience un Jubileo que brindará el perdón de los pecados a los peregrinos del mundo (se espera la llegada de unos 35 millones durante todo 2025).

 

Por eso, recordó que el cristiano debe ser ante todo un "" y sostuvo que esta cualidad debe impregnar "un estilo de vida" que refuerce la "cualidad ética y espiritual de la convivencia".

"La pregunta se puede formular así: ¿Estamos obrando cada uno en nuestro ámbito para que esta ciudad sea símbolo de esperanza para quienes la habitan y la visitan?", planteó el pontífice ante el alcalde de la ciudad, Roberto Gualtieri, en primera fila.

Francisco puso como ejemplo la columnata que Bernini construyó en el siglo XVII para la plaza de San Pedro en forma de abrazo: "Dentro se mueven libre y serenamente personas de todas las nacionalidades, culturas y religiones, una experiencia que infunde esperanza", alabó.

Pero el pontífice también urgió a que la "gran belleza" romana (una referencia cinéfila) sea adecentada con "decoro y con la normal funcionalidad" de sus servicios, a menudo deficientes.

El papa afirmó que el cristiano debe ser un peregrino de esperanza.

El papa terminó la misa, rindió tributo a la Virgen y el Niño y después fue llevado en silla de ruedas por sus problemas de rodilla por el pasillo central de la basílica para saludar a los cerca de 6.500 fieles que acudieron al templo.

Después, como ya es tradición, salió a una plaza de San Pedro empapada por la lluvia para apreciar el Portal de Belén de esta Navidad mientras una banda entonaba el "Adeste fideles".

Y Francisco, de vuelta al Vaticano, pudo de nuevo saludar a cientos de fieles presentes en la plaza, muchos de los cuales le saludaban en español, su lengua materna.

EFE